Vagando por lugares desconocidos crei sentirme bien, seguro. Comencé rapidamente, desesperadamente, anisosamente a tratar de conocer todos los posibles recobecos. Cada uno de ellos me derivó hacia algun tipo de cuestión de la cual eh logrado salir aeroso, o por lo menos eso crei hasta el último momento. La primera gran controversia que salió de por ahi a luchar conmigo hasta la muerte combatió durante un buen tiempo, pero finalmente encontró su fin con un te quiero. Debo admitir que fue una batalla dificil, tanto como para casi llegar a mi rendición, pero fuerzas extrañas a mi ser forzaron un empuje desde quien sabe donde que me permitió poder llegar al final y salirme victorioso, para seguir mi viaje por aquel oscuro sendero. Durante un tiempo segui por el camino, enfrentandome a todo lo que se aparecia en mi camino. Llego el momento en que todo luchador cree llegar a la cima, yo mismo lo crei. Habia un cartel que decia Te Amo. No puedo explicar los sentimientos que habitaban en aquel increible lugar, reboloteaban de la alegria, saltaban, jugaban, inocentemente. Pero todo guerrero sabe que allí no culmina la guerra, solo es un paraje de descanso luego de varias batallas ganadas. Asi entonces seguí mi camino. De ahi en adelante las cosas comenzaron a complicarse, lo cual era de esperarse ya que hasta el momento todo era color de rosas, y bien se sabe donde el bien parece tener el terreno más que ganado es donde el mal comienza a hacer sus maldades. Comenze a perder varias batallas, y consecuentemente perdi el camino. El primer indicio que me hizo saber acerca del futuro desastre fue una vocecita titubeante que decia, necesito tiempo, necesito tiempo. Palabras que hasta el día de hoy sigo sin entender y que acarrean una gran cantidad de dolor junto con ellas. Comenzaba a ser derrotado. Mi alma de luchador me llevó a pelear hasta el último suspiro, hasta encontrarme de golpe, inesperadamente, con el golpe destructor, aniquilador, asesino. Cai bruscamente, pense que era el fin de mi camino. Pero no, logre sujetarme de una roca que salía desde un desfiladero. Comence a escalar, utilice todas mis fuerzas, hasta llegar nuevamente al sendero. De golpe crei ver una luz, hacia allí avance. Gane un par de pequeñas batallas aisladas y hasta pense que volvia a ganar terreno. Y cuando creía haber vuelto al punto más alto al que había llegado alguna vez en tiempos pasados, de golpe, como si no hubiera bases firmes, todo se desmoronó de golpe, instantaneamente con un No puedo más. Aquí estoy, intentando recuperar las heridas de batalla, marcas que quedarán por siempre en mi cuerpo, en mi mente, hasta que algún nuevo sendero se descubra para que yo pueda tratar de conquistarlo.
Acerca de mí
- Nombre: JUDOKAN
- Ubicación: San Fernando, Buenos Aires, Argentina
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