Y donde está el control?

Repetidas veces nos preguntamos si tenemos el control de nuestras vidas. Son variadas las figuras que tendemos a criticar creyendo, o especulando si tienden a controlarnos o no. Una de ellas, indefectiblemente, es el destino.

Existe, no existe. A veces quizás es mucho más simple creer que existe y así dejar de tomar decisiones. Atribuirle su existencia a una causa superior, Dios, o la nominación a elegir. La segunda posibilidad es la no existencia. Ser completamente responsables de nuestra vida. La gran dicotomia Tragedia griega - Sartre, sus máximos exponentes respectivamente.

Ciertamente no podemos dejar de decidir, ergo, la inacción queda vedada. Ambas posibilidades quedan subsumidas.

Sin embargo, muchas veces nos sorprendemos con ciertas casualidades, por lo menos en una primera instancia, que luego de un acto deliberante se trasnforman en causalidades. Pequeños milagros dirían algunos, que nos ayudan a detectar un posible camino. La sabiduría reside en poder captar esos milagros para tomar las mejores decisiones.